martes, 24 de octubre de 2017

Declaración Científica Internacional de Madrid

Mientras una gran parte de la comunidad científica niega la problemática de la contaminación electromagnética, mientras la mayoría de los políticos no hace nada, y mientras la casi totalidad de ciudadanos viven zombificados y enganchados a sus teléfonos móviles, tablets y otros dispositivos inalámbricos, hay científicos que mediante Declaraciones Científicas apelan a la urgencia de redactar leyes que vayan en consonancia con la evidencia científica para que se reduzcan drásticamente los máximos de exposición, y así tengamos la posibilidad de vivir en un entorno menos agresivo, en especial para los niños.






La Declaración de Madrid pide aplicar la Resolución 1815 de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, votada por España pero no adoptada, para reducir los límites de exposición electromagnética en la población sin afectar a la cobertura.

El acto se celebró el pasado jueves 28 de septiembre en la Real Academia Nacional de Medicina y se presentó la pionera Declaración Científica Internacional de Madrid enfocada a proteger la salud de la población frente a la contaminación electromagnética. En la jornada, expertos en Bioelectromagnetismo denunciaron que “la exposición a altas y bajas frecuencias generadas por aparatos eléctricos e inalámbricos y dispositivos por radiofrecuencia como móviles, wifis, antenas y otros sistemas generan una situación indiscutible e insoslayable de impacto en la salud pública” que hay que legislar, proteger y dar a conocer a la opinión pública sin más demora.

Por este motivo se pidió bajar los niveles de exposición ciudadana a 0,1 µW/cm2,-e ir reduciéndolos consecutivamente a 0,01 µW/cm2- niveles considerados más seguros y suficientes para garantizar una buena calidad de cobertura de redes ya que ciudades europeas funcionan a esta potencia eficazmente. Para ello la Declaración de Madrid pide aplicar la Resolución 1815 de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, viable en nuestro país, ya que además, “España es un miembro activo de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa y no se entendería que la haya votado y apoyado para no aplicarla”, expuso el abogado Alberto Arrate.

Asimismo, los ponentes exhortaron a las administraciones a acogerse a los actuales estudios científicos y a los llamamientos científicos sobre los riesgos documentados en un momento además en que “la sociedad cada vez es más consciente de estos riesgos y exige más medidas de prevención y protección”, señaló el ingeniero en telecomunicaciones y sociólogo Pedro Costa, Premio Nacional de Medioambiente quien defendió el derecho de las personas informadas a protegerse. Además aseveró que “es técnicamente posible la reducción de niveles de exposición” pero que la respuesta de la industria ante la preocupación ciudadana ha sido el camuflaje de las antenas.

Por su parte, Elizabeth Kelley MA, directora de la comunidad científica EMFscientist.org, autora del llamamiento realizado en 2015 por 240 científicos a la ONU y la OMS, señaló que miles de estudios documentan que los dispositivos inalámbricos pueden producir stress celular, aumento de radicales libres, cambios en el sistema reproductivo, daños en la memoria y el aprendizaje, trastornos neurológicos y del bienestar humano, daños genéticos y cáncer. Todos estos daños, que ya han convertido a un 3% de la población en electrosensible, síndrome que sigue en aumento, pueden hacer que otras patologías se cronifiquen ya que los campos electromagnéticos pueden deteriorar el buen funcionamiento del reloj biológico alterando el sueño y a medio/largo plazo contribuir a desarrollar trastornos severos como alteraciones metabólicas, diabetes tipo II, alzheimer, parkinson y cáncer, apuntó el catedrático en Fisiología D. Darío Acuña en su ponencia “Melatonina y campos electromagnéticos” en base a los hallazgos sobre ritmos circadianos de los recientes galardonados con el premio nobel de medicina.

El notable neurocientífico del Instituto Karolinska de Suecia, Olle Johansson, que acudió a la jornada para apoyar la Declaración de Madrid, habló del efecto pernicioso de los campos magnéticos en la glándula pineal para realizar con normalidad la secreción de melatonina, alterando así los ritmos circadianos, tema documentado extensamente por D. José Luis Bardasano, presidente de la Fundación Europea de Biolectromagnetismo que inauguró la jornada.

Emilio Mayayo, catedrático de anatomía patológica, destacó que los campos electromagnéticos no son inocuos y sus efectos son acumulativos, lo que junto a la variabilidad individual hace que las personas respondan de manera diferente. Esta razón, añadió, justifica hoy la existencia de personas electrosensibles que necesitan protegerse porque muestran una respuesta particular debido a una mayor sensibilidad, pero que en otras personas puede dar lugar a trastornos cardiopulmonares, dermatológicos, mentales y de distinta índole.

A este respecto, Raúl de la Rosa, técnico en riesgos laborales, resaltó las dificultades de las personas electrosensibles para acceder a lugares públicos e inclusive a sus propias viviendas, ya que requieren un espacio libre de radiaciones, cosa que la legislación actual no contempla infringiendo así el derecho a la salud de todo ciudadano. El ingeniero José Manuel Amaya disertó sobre el concepto de tecnoentropía y la necesidad de humanizar el desarrollo tecnológico, para “no generar más problemas de los que resuelve” ya que, como mostró el físico Alvarez-Ude, los campos electromagnéticos pueden modificar y alterar las cualidades de las moléculas de nuestro cuerpo.

Para finalizar, el abogado Alberto Arrate, experto en contaminación electromagnética, instó a los gobiernos y administraciones a aplicar la Resolución 1815 “ya que tienen competencias para ello y no interfiere ni dificulta el normal funcionamiento del servicio de telecomunicaciones”, en un contexto en el que el 73% de los europeos comparte su preocupación por este tema y “el poder judicial es sensible, lo cual es favorable para poder implantar esta resolución en España.” También Arrate abogó por crear zonas blancas para los afectados de la electrosensibilidad que la exposición no controlada ha generado en estas personas.

La Declaración de Madrid se encuentra en la misma línea que el reciente llamamiento realizado a la UE por más de 180 científicos solicitando una moratoria para el despliegue de redes 5G hasta que científicos independientes evalúen su impacto en el medioambiente y la salud. También en febrero de este año se produjo el llamamiento de Reykiavik en el que un largo número de científicos constataron los riesgos en la salud de los niños por la masiva instalación en las aulas de tecnologías inalámbricas pidiendo que el acceso a internet en las escuelas fuera por cable.

Adjunto una de las presentaciones impartida por Olle Johansson en la Presentación de la Declaración Científica Internacional de Madrid.



Presentación de Olle Johansson en la Declaración Científica Internacional de Madrid.



Aplicabilidad de la Recomendación 1815 del Consejo de Europa, por José Alberto Arrate, en la Presentación de la Declaración Científica Internacional de Madrid.




La glándula pineal y los ritmos biológicos, por José Luis Bardasano, en la Presentación de la Declaración Científica Internacional de Madrid.

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