Mientras que las autoridades españolas y vascas se escuden tras el informe del CCARS (Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y Salud), informe que ningunea las alertas basadas en miles de estudios y minimiza las advertencias de la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer de la OMS, nuestro país vecino mediante el ANSES (Agence nationale de sécurité sanitaire de l’alimentation, de l’environnement et du travail) publica un informe solicitando una exposición moderada y controlada a las tecnologías inalámbricas.
Las ondas electromagnéticas emitidas por los móviles, tablets o juguetes conectados pueden afectar a las funciones cognitivas tales la memoria, la atención, la coordinación de los niños. Hoy en día sabemos que los niños están más expuestos que los adultos debido a sus diferencias morfológicas y anatómicas. No son pequeños adultos!
Interesante ver como Francia trata y sensibiliza a la opinión publica acerca de la problemática de las ondas electromagnéticas. Emitido en el telediario de mayor audiencia a las 20.00.
Con este vídeo queremos recordar las declaraciones de expertos que se juntaron el 18 de mayo de 2015 en la Real Academia de Medicina de Bruselas en Bélgica.
En el minuto 06.00, David Carpenter, Director del "Institute for Health and the Environment University of Albany", Profesor en ciencias ambientales de la salud, en Estados Unidos, indica que un punto de los más críticos es el uso del Wi-Fi en las aulas de las escuelas. En presencia de un router y 10, 20 alumnos manejando equipos inalámbricos, el nivel de radiofrecuencia en el aula es muy importante . Sabemos mediante los estudios realizados en personas electrohipersensibles, que empieza el desarrollo del síndrome debido a altos niveles iniciales de exposición. Una vez que una persona se declara electrohipersensible es por toda la vida! Quizás no presentan sintomas cuando no están cerca de una fuente electromagnética, pero estando cerca enferman. Los síntomas son dolores de cabeza, cansancio, trastornos cognitivos, irritabilidad y una disminución general de las capacidades para funcionar. Deberíamos evitar esas exposiciones a los niños. ¿Como aceptar tal situación en una escuela dónde nuestros niños supuestamente estudian? Les estamos exponiendo a un factor que reducen su atención y facultad de aprendizaje, que, además puede desembocar en enfermedades. Es una tragedia, una locura. Tenemos que actuar para reducir esta exposición. Las exposiciones proceden también de otras fuentes, pero esta es quizás el punto más evidente para trabajar inmediatamente. Cuando una clase se conecta mediante cable, no se expone a esta exposición y los niños tienen el mismo acceso a Internet que necesitan. Utilizar la tecnología inalámbrica lavándose las manos de posibles efectos a largo plazo es totalmente imprudente.
En cuanto a Lennart Hardell, Epidemiólogo, Profesor en la Universidad y hospital de Orebro Orebro en Suecia, en los minutos 9:18 y 16:32 reafirma la necesidad de abandonar Internet mediante el Wi-Fi en las escuelas. Con ello ve llegar grandes problemas para la salud humana. Las autoridades comentan que las normas son las del ICNIRP, pero sabemos que esas normas no tienen en cuenta los efectos a largo plazo de los efectos no térmicos, efectos invisibles, que no dependen de los tejidos sensibles al calor. Necesitamos educar toda la sociedad acerca de lo que pasa realmente. Tenemos que formar también a los profesionales de la salud porque los médicos en su gran mayoría ignoran esos problemas. Piensan que una exposición de este tipo no es un problema. Si algo es probablemente cancerígeno, porque los tenemos que exponer a ello? Ademas, no conocemos los efectos a largo plazo. Ningún niño ha sido expuesto 12 años y seguido durante 17/18 años tras ello, tiempo necesario para estudiar posibles efectos. En el caso de la escuela es una situación muy preocupante en muchos países
